El zorro culpeo es una de las criaturas más impresionantes y majestuosas de la fauna mundial. Si has visto uno, sabes de lo que hablamos. Su adaptabilidad a las condiciones climáticas es impresionante. Habita desde Colombia a Tierra del Fuego (Chile), viviendo en alturas de hasta 4.500 metros en la fría cordillera de los andes. Su dieta es omnívora, se alimenta mayormente de pequeños mamíferos como liebres, ratones y vizcachas. Por lo general, sale a cazar cuando comienza a oscurecer.
Se trata del segundo más grande cánido nativo viviente en Sudamérica, sólo superado por el lobo de crin. Tanto las patas como la cabeza son rojizas; el vientre, cuello y boca, blancos; y el lomo, gris rayado de negro. Algunos ejemplares llegan a medir hasta 120 centímetros. Si vives en lugares cercanos a cerros o montañas, seguramente existen zorros culpeos viviendo a menos de 15 kilómetros a la redonda. Es una especie tímida, que no suele tener contacto con el hombre. Por este motivo cuando un humano intenta tener un acercamiento el zorro se aleja y huye del lugar.
Pese a su gran capacidad de adaptación a condiciones hostiles, la falta de alimento ha obligado a estos mamíferos a recuperar su hábitat para conseguir comida, territorios que nosotros durante años hemos estado invadiendo. Su población se ha visto notoriamente afectada puesto que muchos de ellos son arrollados por automóviles en carreteras y calles de comunas y pueblos cercanos a las montañas. Se estima que si los conductores respetaran los límites de velocidad en carreteras y autopistas, se evitarían múltiples pérdidas de este ejemplar. Un estudio realizado por la Escuela de Ingeniería de Antioquia, Medellín (Colombia) nombrado “Impactos de las carreteras sobre la fauna silvestre” compara eventos en distintos países del mundo en donde la conducción irresponsable es una de las principales causas de muertes de la fauna local.
Por eso, en este artículo te queremos invitar a estar siempre pendiente cuando conduzcas. Respeta los límites de velocidad para alcanzar a reaccionar y no desencadenar una tragedia para nuestros zorros culpeos. Cuidar y preservar el ecosistema es tarea de todos.